El tupamaro (El Comercio 9 Marzo 2010)

Este es un mensaje a los dueños de la verdad, aquellos que todo lo saben y cuya palabra, así como la de los Faraones del Antiguo Egipto es la voz de los Diosos (o por lo menos asi lo creen los ignorantes que se creen dueños de la verdad)
Por Fernando Larenas  

Los dueños de la verdad están perdidos. “Solo los ignorantes creen que la verdad es definitiva y maciza, cuando apenas es provisoria y gelatinosa. Hay que buscarla porque anda corriendo de escondite en escondite. Y pobre del que emprenda en soledad esta cacería. Hay que hacerlo con ustedes, con los que han hecho del trabajo intelectual la razón de su vida”.

Estas son palabras sabias pronunciadas no por un corrupto empresario privado de derecha, tampoco de un enemigo del Estado, las dijo durante su posesión el presidente uruguayo José Mujica, un ex guerrillero tupamaro que conoce de sufrimientos desde su militancia de izquierda.

Personajes como Mujica enorgullecen a la izquierda latinoamericana y avergüenzan a los demagogos que ni siquiera han estudiado un mínimo de teoría política, tan necesaria para proclamarse de izquierda con toda la responsabilidad que eso significa. El proletariado deposita su confianza en sus líderes.

Los teóricos resumen en una sola palabra el deber ser de un político: praxis, es decir, la práctica, en oposición a la teoría o a la demagogia de quienes pretenden enarbolar las banderas de la izquierda sin haber sudado o combatido o, por lo menos, haberse sensibilizado con las luchas de los trabajadores y los campesinos.

Mujica no atacó a sus adversarios, se comprometió a continuar la política de su predecesor Tabaré Vásquez, un hombre, también de izquierda, que deja una economía sólida, que dio bienestar a su pueblo, que luchó por el derecho de su país a construir una fábrica de celulosa que genere trabajo.

Obras sociales y no bonos, esa es una forma de ser progresista, es un axioma que no necesita de mayores explicaciones. Uruguay necesita de todas las cabezas pensantes, Mujica no excluyó a nadie, así como Mandela nunca se vengó de quienes lo tuvieron 27 años en la cárcel. Así es la praxis política, así es como los pueblos construyen su futuro, sin excluir a nadie por su condición social o por su estatura física.

Con la antigua analogía de enseñar a pescar en vez de dar el pescado, el Mandatario de la República Oriental del Uruguay manifestó que mucho más importante que darle un dato o una información a un niño es enseñarle a pensar. Reflexiones trascendentes nos dejó el reciente traspaso del poder en ese admirable país que no tiene petróleo y confía en su gente y en su tierra.

No hay que olvidar que América Latina tuvo universidades mucho antes que Estados Unidos o que existiera Harvard. Pero nos pasamos la vida culpando a los otros por nuestros errores, como lo dijo hace poco el pensador y ex premio Nobel, Óscar Arias, durante un discurso el año pasado en Trinidad y Tobago.

¿Son pelucones o apátridas Arias y Mujica porque cada cierto tiempo nos cantan las verdades?

Un comentario sobre "El tupamaro (El Comercio 9 Marzo 2010)"

  1. bonita pagina, pero por favor pongan mucha atencion a la ortografia, en una pagina como esta es muy importante dar una buena presentacion.

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