Cuando uno tiene la oportunidad de trabajar y vivir en otros paises, uno aprende a ver lo bueno de ciertas politicas y lo malo de otras. He logrado ver muchas de las caras de latinoamerica y en el fondo somos muy parecidos. Somos trabajadores, pero inmaduros, somos una poblacion joven que quiere cambios, que quiere soluciones, pero nos falta la madurez para tomar las decisiones menos agradables que soluciones los problemas.
Hoy tenemos un gobierno lleno de buenas intenciones, joven y hasta revolucionario, un buen reflejo de una gran mayoria de ecuatorianos. Pero en este gobierno falta la madurez para ver que verdaderamente necesita el pais. Nos hemos pasado 2 años tratando de ver como le damos mas poder al estado, gastando 200 millones en una asamblea, unos 100 millones mas en un nuevo congreso (asamblea) y elecciones de toditas las autoridades, unos 100 millones mas entre avion de presidente, helicopteros, armas, etc. Hemos duplicado la burocracia para que nos atienda mejor, a un costo de 2,000 millones anuales. Hemos gasta 40 millones en publicidad para que los ecuatorianos se sientan mejor de su pais, y quieran mas al presidente y entiendan que quiere el.
La verdad es que luego de casi 3,000 millones de dolares, seguimos igual de jodidos, los hospitales no han mejorado, el IESS sigue siendo un problema, el estado esta sin dinero, la corrupción esta peor que nunca y para remate se han perdido unos 100,000 puestos de trabajo en estos 2 años.
Mi humilde opinion es que la mayoria de los ecuatorianos, no quieren que el presidente o los diputados le den pensando ni le den haciendo las cosas, la mayoria de ecuatorianos quieren trabajo, quieren poder poner un negocio y que exista la suficiente libertada para crecerlo. Que mas quisieramos los jovenes (o no tan jovenes) que en este pais cada año salieran 10 o 20 o 50 nuevos millonarios, de esos, que se hacen inventando cosas, poniendo negocios, creando trabajo, etc. Que nos llenen de orgullo, de oportunidades. Muchos del gobierno me diran que en Ecuador cada año hay 50 o hasta 100 nuevos ricos, claro, son todos los amigos de los gobiernos de turno a quienes les dan millones en contratos a dedo, o los dejamos reunirse con inversionistas para hablar de deuda externa en secreto, que lindo Ecuador cada año 100 nuevos millonarios, lo malo es que la pobreza no acaba y el pais sigue igual de jodido.
EL UNDECIMO CIRCULO
Erase una vez un pueblito del interior de Australia en donde la gente solía utilizar el trueque para todas sus transacciones. Los días de feria iban y venían con pollos, huevos, jamones y panes en las manos y negociaban durante un largo tiempo in¬tercambiando mercadería con sus compatriotas.
En los períodos clave del año, como la época de las cosechas o cuando había que reparar un granero después de una tormenta, se retomaba la costumbre de ayudarse mutuamente, que provenía de la tradición antigua. Todos sabían que si alguna vez tenían un problema, otros les prestarían ayuda.
Un día de feria, un extranjero calzado con zapatos negros relucientes y un ele¬gante sombrero blanco, se acercó y observó a escena con una sonrisa sardónica. Cuando vió a un granjero que corría para atrapar a los seis pollos que desea¬ba canjear por un gran jamón, no pudo evitar soltar la carcajada: “Pobre gente”, dijo, “tan primitiva”. La mujer del granjero escuchó estas palabras y lo desafió preguntándole: “¿Crees que puedes manejar a los pollos mejor que mi marido?”. “A los pollos no”, replicó él. “Pero hay una forma mejor de resolver ese problema”. ¿Si? ¿Cuál?”, lo inquirió la mujer. “¿Ve aquel árbol allí en frente?”, le espetó el forastero. “Bueno, iré allí a esperar que uno de ustedes me traiga un gran cuero de vaca. Luego, haz que todas las familias me visiten. Les explicaré una mejor manera”. Cuando tuvo el cuero de vaca, lo recortó en círculos perfectos, y en cada uno puso un lindo sello de correos. Luego, ofreció a cada familia diez círculos y les explicó que cada uno representaba el valor de un pollo. Dijo: “Ahora pueden comer¬ciar y negociar con los círculos en lugar de hacerlo con los pollos ariscos”.
Su argumento era convincente. El hombre de zapatos brillantes y brioso som¬brero impresionó a todos. Una vez que todas las familias recibieron sus diez círculos, el hombre añadió: “¡Ah! Me olvidaba. Dentro de un año volveré y me sentaré bajo este mismo árbol. Quiero que cada uno de ustedes me devuelva once círculos. El undécimo circulo será una muestra de aprecio por la mejoría que acabo de introducir en su vida”. El granjero de los seis pollos le preguntó: “¿Cómo podemos obtener el undécimo circulo?”. ‘Ya verán”, contestó el hombre, con una sonrisa tranquilizadora…
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Si ese año la población y la producción anual de ese lugar se hubieran mante¬nido estables, ¿qué habría pasado? Recuerden que ese undécimo círculo nunca fue creado. Por lo tanto, a la postre, aunque todos se las arreglaran bien en sus negocios. Una de cada once familias debió perder todos sus círculos para que otros obtuvieran el undécimo.
A partir de entonces, cuando una tormenta amenazaba la cosecha de una de las familias, la gente ya no era tan generosa como antes, y no brindaba su ayuda antes de que se desatase el desastre. Resultaba mucho más conveniente inter¬cambiar los pollos por círculos en el día de feria, pero este nuevo juego desesti¬maba, sin quererlo, la cooperación espontánea tradicional en los habitantes de la aldea y generó, en cambio, una furia competitiva sistemática entre todos ellos.
Nuestro Sistema Monetario –nuestro dinero y la tasa de interés-
Así es como el sistema monetario actual hace que los participantes de la economía necesariamente compitan entre sí. Este relato versa sobre la función de la tasa de interés -el undécimo círculo- como parte del proceso de producción del dinero, y su impacto en los participantes.
Cuando el banco agrega un crédito en nuestra cuenta y nos ofrece el préstamo hipotecario de 100.000 dólares, sólo es el capital. Sin embargo, espera que en aproximadamente veinte años le devolvamos 200.000 dólares; de lo contrario, perderemos nuestra casa. El banco no crea los intereses, sino que nos estimula a iniciar una batalla contra todo el mundo a fin de obtener los 100.000 faltantes. Como todos los bancos operan exactamente de la misma forma, para darnos estos 100.000 dólares, el sistema necesita que algunos participantes se vayan a la bancarrota. En resumidas cuentas, cuando pagamos los intereses correspondientes a nuestro préstamo, estamos tomando el capital de otra persona.
En otras palabras, el mecanismo utilizado para crear la escasez indispensable para el funcionamiento de nuestro sistema monetario (el sistema de deuda bancaria) implica la competencia entre personas por el dinero que no ha sido creado, y penaliza con la quiebra a los que no logran el objetivo.
Uno de los motivos por los que nos llaman la atención las decisiones de los bancos centrales con respecto a la tasa de interés es el siguiente: el costo adicional de un incremento de dicha tasa produce en forma automática un aumento proporcional de quiebras en el futuro cercano. Esto nos remonta a la época en que los altos sacerdotes debían decidir si sacrificarían para los dioses: solamente una cabra o el primogénito varón. En un nivel más bajo de la escala, cuando los bancos revisan nuestra cuenta bancaria, implícitamente” tienen como propósito verificar si somos capaces de competir y ganar frente a otros jugadores; es decir, sacar de ellos lo que nunca fue creado.
¿Qué es lo natural, la competencia o la cooperación?
Imanishi, profesor de biosociología en la Universidad de Kioto, demostró que la concepción darwiniana de la naturaleza como una lucha por la supervivencia o la supervivencia del más apto, no tuvo para nada en cuenta los casos mucho más frecuentes de evolución conjunta, simbiosis, desarrollo compartido y coexistencia armoniosa que prevalecen en todos los campos. Por ejemplo, ni siquiera el cuerpo humano podría sobrevivir mucho tiempo sin la colaboración simbiótica de miles de millones de microorganismos en el tracto digestivo.
Elisabet Sahtouris, especialista en biología de la evolución, señala que la conducta predominantemente competitiva es un rasgo esencial de las especies jóvenes durante sus primeras incursiones en el mundo. En contraste con ello, en sistemas maduros como un viejo bosque, la competencia por la luz es equilibrada por un intenso grado de cooperación entre todas las especies. Las especies que no aprenden a cooperar con las que son codependientes invariablemente desaparecen.
Nuestro sistema monetario actual apunta a la competencia. De ahí la necesidad de sistemas monetarios complementarios o paralelos que equilibren dicha tendencia fomentando la cooperación.
En suma, el sistema monetario actual nos obliga a incurrir en una deuda colectiva, y a competir entre los integrantes de la comunidad, con el único fin de obtener los medios para realizar intercambios entre nosotros. No es de extrañar que «el mundo de afuera sea difícil», y que la teoría darwiniana de la «supervivencia del más apto» haya sido aceptada sin tapujos como verdad evidente por los ingleses del siglo XIX, así como por todas las sociedades que aceptaron sin más las premisas del sistema monetario diseñado por ellas, y que son las que tenemos actualmente. Por fortuna, hoy existen gran cantidad de pruebas que permiten sustentar interpretaciones menos rígidas del «mundo natural» © Bernard Lietaer.
Nuestra Propuesta
En nuestro Sistema Monetario actual el dinero nuevo se crea a través de deudas las misma que devengan tasas de interés, este sistema está diseñado por el hombre para crear artificialmente “escasez” de dinero en la economía real, principalmente porque el dinero de la tasa de interés nunca fue creado.
La “mano invisible” de nuestro Sistema Monetario nos “obliga” a luchar con nuestros congéneres. Al ser el dinero un recurso escaso, tal cual como un trofeo que “no puede ser” para todos los participantes de una competencia atlética, el sistema nos golpea psicológicamente modelando todas las acciones de nuestra vida de una manera determinada. La escasez ha convertido al dinero en la única razón de nuestras actividades, es “LA META” que persiguen las empresas y los seres humanos, se ha convertido en el único fin, dejando en un segundo plano a nuestras familias, a la sociedad y al medio ambiente. (En el lado más negativo la “escasez” es la esencia de las mayores formas de corrupción).
¿Es lógico, que si nosotros que tenemos necesidades y que por otro lado que con nuestro trabajo tranquilamente podemos cubrirlas, y que simplemente no las podemos cubrir, porque el dinero «normal» llámese dólar, euro, yen, peso, etc., siempre desaparece de los bolsillos?.
“Si quieres que las personas se peleen, tírales un hueso” dice el autor de “El Principito”, que pasaría si en vez de “un escaso” hueso, hubieran diez huesos para diez personas, Pelearían? Competirían? Qué pasaría si usted, nuestros vecinos, nuestros amigos, todos los habitantes de una comunidad, que producimos bienes y/o brindamos o podemos brindar cualquier tipo de servicio a nuestra comunidad, DECIDIMOS IMPRIMIR NUESTRO PROPIO DINERO, un dinero “LIBRE DE INTERES”. Nuestra propuesta es justamente eso, modificar nuestro sistema monetario introduciendo un nuevo Dinero sin tasas de interés.
Literalmente le proponemos, IMPRIMIR SU PROPIO DINERO DENTRO DE SU CIUDAD o COMUNIDAD, como ya lo están haciendo más de 5000 comunidades en el mundo, en donde la crisis global ha pasado desapercibida.
«No pretendamos que las cosas cambien si seguimos haciendo lo mismo» «No podemos resolver nuestros problemas con el mismo pensamiento que usamos cuando los creamos» «La introducción de dinero no almacenable llevaría a la creación de valores en formas más esenciales.» Albert Einstein
«La verdad es que …» Vaya ahora eres dueño de la verdad.
A estas alturas ya deberias saber que el deporte nacional de los ecuatorianos es quejarse, asi que no esperes que la gente que va al IESS alguna vez diga que ha mejorado.
Estamos «tan jodidos» en el pais, que en cada feriado la gente que mas se queja es la que esta en las caravanas de autos que llenan los sitios turisticos.
Repites lo mismo de la gente que mas se queja en este pais, Joyce de Ginnata, Gloria Alarcon, y los presidentes de las Camaras. Cuyas soluciones «creativas» a la crisis casi siempre es, despedir empleados.
Que hacen otras personas en lugar de quejarse, buscan ver como mantener bajos sus costos para no tener que despedir empleados. Colegio Cardenal Spellman, invierte en paneles solares con lo cual se piensa ahorrar 3000 mensuales. Toyota y Hyundai, baja su produccion y consiguen que sus empleados trabajen menos horas, como resultado evitan despedirlos aunque les paguen menos. Altos ejecutivos en Japon, renuncian a parte de sus altos sueldos, para que con ellos se paguen a empleados operativos y evitar los despidos.
Cuando encuentres en algun medio informacion de acciones similares de los quejosos, por favor publicalas aqui.