Al derrumbarse el mercado bursátil, que arrastra industrias, banca y a
las fuentes de empleo, un puñado de poderosos financistas y
“empresaurios” llenó sus bolsillos con millonarias “indemnizaciones”.
El “mercantilismo capitalista”, que observamos, que no es el
liberalismo, es igual al “capitalismo de Estado” en sus múltiples
variables.
Hace 50 años, Milovan Djilas líder comunista serbio y Michael
Voslensky, denunciaron a “La nueva clase”, “La Nomenklatura, “ Los
privilegiados en la URSS”, por la corrupción elitista y el control
total sobre el Estado, que sin ser “propietaria” de los medios de
producción, como en los sistemas liberales, gozaba de privilegios
materiales, alimentación, vivienda, bienes suntuarios, vedados al resto
de la población.
Al derrumbarse la URSS, los grandes capos del socialismo gobernante se
llevaron miles de millones y toneladas de oro y objetos de enorme
valor. Unos se quedaron para disfrutar en el nuevo régimen y otros
integran poderosas mafias, dueñas de los mercados.
Igual sucedió cuando el nazismo y el fascismo se derrumbaron. Botines
de guerra como joyas, oro y objetos de gran valor, trasladados en
submarinos, escondieron en América. Incluso los jerarcas nazis hicieron
botines de guerra con miles de objetos robados a sus víctimas.
Y hasta en nuestro país y en América toda, cuando se derrumba un
gobierno, no son pocos los políticos y hasta algunos Presidentes que
han llenado sus bolsillos y los de sus íntimos amigos. Son oligarquías
corruptas.
Alberto Lleras Camargo (1906-1990), fundador de la OEA, al referirse a
la burocracia decía que es la mayor plaga de nuestro tiempo”. (VISION
46, No. 5, 1976).
Con toda clase de prestaciones sociales, garantías, ventajas en los
gastos públicos para ellos y sus familias, y ningún estímulo para
trabajar más que los demás o por los intereses ajenos que les están
confiados, al caer el sistema o cambiar el gobierno se llevan lo que
más pueden.
Su propósito es vivir lo mejor posible con el dinero ajeno. Vacaciones
en las playas, becas para perfeccionar conocimientos, auxilios de
viajes a cualquier país, lotes en cementerios, entierros de primera,
incorporación de seres extraños a la familia, como las concubinas,
dentro de los servicios del seguro social. El Estado, cuyos costos de
personal son imparables, aumenta los impuestos, que los burócratas de
muy alto nivel devoran inmediatamente”.
“La burocracia civil, militar, los expertos y los simples funcionarios,
sin título ni especialización, son cada día más costosos. Esa
implacable maquinaria se come los esfuerzos que podría realizar el
Estado, que apenas se puede mover bajo ese peso”, dice Lleras.
“Empresaurios” y oligarquías hay en la izquierda, en el centro y en la
derecha. En todos los niveles económicos, políticos y sociales. Son
bribones de cuello y corbata con dinero robado y poder derivado.