“Ante la oscura e inmunda realidad del reino de Elsinor” (Dinamarca) e
inmerso en falaz o auténtica locura, Hamlet duda: Ser o no ser, ese es
el dilema (To be or not to be: that is the question). ¿Actúo o me
inhibo? (Shakespeare).
Igual, ¿cómo
lograr el mejor nivel de vida, para la mayor cantidad de personas, en
el menor tiempo posible y al más bajo costo social? Esta es la más sencilla reflexión que un hombre público, con la
plenitud del poder o sin él, debe hacerse. El dilema es el “cómo”.
En la historia y en el mundo las experiencias y los resultados de otros
pueblos dan la pauta del desarrollo, el bienestar, la ciencia y la
tecnología.La emigración forzada, que arriesga vida, autoestima y familia,
derivada del desempleo y la inseguridad, busca un mejor nivel de vida.Los emigrantes quieren trabajo. Quieren paz, armonía y realizarse como
seres humanos dignos. Quieren prosperar.
Pero las ambiciones y apetitos de políticos los entrampan en dos mundos distintos pero no superpuestos. Cuba, Venezuela y Nicaragua, atraen, en teoría, a muchos activistas,
pero que no emigran a radicarse en ellos. Promueven que son dechado del
bienestar y prosperidad. Sin embargo, no hacen de ellos su definitivo
lugar de vida.
Al contrario, son muchos los que emigran con sus familias precisamente
a los Estados Unidos y Europa, a los que denostan y cuyos sistemas de
vida dicen detestar, pero les fascinan y aprovechan.
Vietnam (el Vietcong Vi?t Nam C?ng S?n, o “Comunista Vietnamita”, en
sus membretes República Socialista de Vietnam), Indochina, en el
sudeste asiático que limita con China, Laos y Camboya, el Mar de la
China en el Golfo de Siam, de muy ingrata experiencia y malhadada
recordación para los norteamericanos, con 87 millones de personas es el
segundo de más rápido crecimiento económico y bienestar social en el
mundo y tiene ahora, en el 2008, el 8,17% en el PIB.
Es modelo ejemplar de libre comercio, economía de mercado, propiedad
privada e inversión extranjera al igual que China, Singapur e India
(que convierte 300 millones de pobres en millonarios). Abjuraron del
socialismo y del comunismo y se convirtieron en neoliberales. Están
ajenos a las burbujas derivadas de la demagogia y la especulación
mercantilista, prohijadas por tecnócratas librescos educados en
Harvard, Montaigne, Keynes, Samuelson, el FMI y el Banco Mundial.
La crisis financiera les afecta si, pero su robusta economía, su enorme
potencial de ahorro y la libertad de sus pueblos, los convierten en
países de mayor y mejor consumo. El hambre y la desocupación
desaparecieron. Su economía es suma positiva y no suma cero.
Sus políticos detestan las prédicas de Fidel Castro, Hugo Chávez o el
monarca de Irán. Nada quieren saber del capitalismo de Estado. Al
contrario quieren que sus pueblos y no los gobernantes sean los dueños
del capital. Imitan a Corea del Sur y Taiwán. Quieren ser.