El desempleo se ubica en el 9,43 por ciento. Y el ¿subempleo? El trabajo informal se ubica en el 39,37 por ciento. Las altas regulaciones en el área laboral hace que no se puedan crear más plazas de trabajo, además de la incertidumbre por la posible creación de una constitución socialista, centralista, altamente intervencionista y regulatoria, ha logrado que empiece a rondar el fantasma de la recesión, estancamiento, desaceleración económica. Los analistas así lo confirman, incluido el Ministro Patińo (¿y los pativideos?), pues dice que esto es lógico, ya que está por reformarse la constitución. Si el gobierno está aceptando lo que sucede, ¿no será mejor evitar? Una de las salidas es que la administración pública de seńales claras.
El índice para Hace Negocios muestra que para abrir un negocio en el país se debe seguir 14 procedimientos, por encima del promedio latinoamericano, demorando la apertura de negocios más de 9 semanas, mientras en los países de la OCDE en promedio son dos semanas. La apertura del negocio le cuesta al emprendedor ecuatoriano 29,2 por ciento del PIB per cápita. A esto hay que sumarle el manejo de licencias que cuenta con 19 procedimientos por encima del promedio de la región y de países desarrollados. En total al emprendedor nacional le cuesta abrir un negocio 55,3 por ciento del ingreso per capita, mientras en Estados Unidos cuesta el 13,4 por ciento o en República Checa el 18,5 por ciento del PIB per cápita. (Al 2006, según el FMI, el PIB per cápita de Estados Unidos es de 43.223 dólares, República Checa 23.399 y según el BCE el PIB per cápita nacional es 2.970 dólares.) La calidad de la mano de obra en relación al salario se toma en cuenta, asi como el costo de despido al contratar a un trabajador. Si por ejemplo el colaborador es majadero, holgazán, medio pillo y altanero; despedirlo en Estados Unidos tiene 0 costo, en República Checa 22 salarios semanales, en Ecuador 135 salarios semanales (una de las más altas a nivel mundial). Es decir, la intención inicial de proteger al trabajador, resulta lo contrario, pues malacostumbra al mal colaborador contagiando al resto, ahuyenta al inversionista perjudicando finalmente lo que se quiere proteger, el empleo.
Un profesor me comentaba que en el Ecuador a las grandes inversiones petroleras le ponian alfombra roja, y a sus propios compatriotas los hace pasar todo un viacrusis, practicamente una discriminanción. Entonces, debería de empezarse a desregular la economía, para que el trabajo sea de todos y no solo de los burócratas. (Lo contrario sería darle la razón a un conocido, “el mejor negocio en el país es la política, ahí esta el billete”). Si se desregula la economía, se evitaría aumentar impuestos, pues el alto porcentaje de subempleados y desempleados se integrarian, aumentando la recaudación. No todos lo informales son pobres.
Pero, ¿cuál es el mensaje del gobierno? Que va a re-centralizar. Lo contradictorio del mensaje, toda una perla, reconoce la labor de los alcaldes, pero sostiene que esa época “ya se acabó”. La joyita: “Ante un Estado que colapasaba trataron de hacer lo posible por obtener recursos para desarrollar sus propios municipios. Yo no los culpo. Pero ahora hay un nuevo gobierno que está reconstruyendo la organización central”. Lo político se antepone a lo económico, perjudicando a la gran mayoría. En lugar de mejorar el proceso, se pretende retroceder.
Con todo esto, no es raro que se haga presente los síntomas de desaceleración en la economía nacional.