1. f.
Obligación que alguien tiene de pagar, satisfacer o reintegrar a otra persona
algo, por lo común dinero. (Fuente: Diccionario de la Lengua Española, 22da
edición). Esta definición aplica a cualquier tipo de deuda, desde la que
contraemos con el tendero cuando no traemos el cambio exacto, hasta la que ha
adquirido el Ecuador a lo largo del tiempo con el mercado de capitales internacional. Sin embargo,
parece que hay alguna parte de esta definición que le resulta compleja de
entender al flamante ministro Correa.
Otra
definición que le puede resultar útil al susodicho ministro: lucro (Del lat.
lucrum) 1. m. Ganancia o provecho que se saca de algo. (Misma fuente anterior).
Quienes aceptan prestarle dinero al Ecuador lo hacen sobre el entendido de que
se trata de una deuda, y lo hacen no por la bondad de su corazón sino porque al
hacerlo podrán cumplir con su fin de lucro. El Ecuador siempre tuvo claro que
no le estaba pidiendo prestado a un organismo de beneficencia sino a entidades
que buscaban retornos.
Con
muchísima preocupación he visto las declaraciones iniciales de Rafael Correa en
su nuevo cargo. La entrevista publicada el día de hoy en El Universo es un buen
resumen. Mas allá de las implicaciones morales y legales del cumplimiento cabal
con las obligaciones de deuda, existen implicaciones prácticas que están
estrechamente relacionadas con el desarrollo del país. Sin confianza, no hay
inversión, y sin inversión no hay desarrollo. Es una ecuación bastante simple.
El riesgo país
no es un “cuento” como lo califica el ministro. Es un termómetro real de la
percepción que tiene el mundo del Ecuador. Este termómetro no solo dicta cuánto,
a qué tasa de interés, y a qué plazo le prestan dinero al país los mercados de
capitales. También dicta el tipo de retornos mínimos que buscarán
inversionistas del sector real a la hora de evaluar proyectos en el Ecuador.
Cuando el índice de riesgo país es alto son menores las probabilidades de que
el país reciba inversión tanto financiera como real.
No seamos
ingenuos. No compremos discursos demagógicos basados en ideologías económicas
caducas que lo único que lograrán será aislar al país de la comunidad global.
El riesgo país es muy real y tiene implicaciones trascendentales para el
Ecuador. Ojalá que las decisiones que tome el señor Correa estén enmarcadas en
la realidad de la economía globalizada en la que vivimos. De otra forma sería
mejor que se vaya para su casa, porque ningún favor le hará al país con las
ideas retrogradas que ha planteado hasta el momento.
Tienes razon el nuevo Ministro parece q aun no concibe la idea de q en los mercados de capitales, o en nuetro caso de deuda, lo q dice un ministro puede significar bastante aun antes de hacerlo.
Hasta ahora sus comentarios me parecen imprudentes. Su demagogia esta bien quizas para satisfacer a foros de la CONAIE o similares, en fin gentge de izquierda con la cual el ha estado acostmbrado a tratar. PEro para el mundo practico de la finanzas internacionales tal demagogia hace mas danio q bien.
O Sera simplemente q trata de disfrazar sus acciones?
Pedro