El orden espontáneo que expresaba Friedrich von Hayek, se pudo percibir el pasado 4 de febrero, cuando más de 13 millones de personas se congregaron en más de 183 ciudades del mundo rechazando la industria del terror que promueve las FARC, donde 1.650 personas se encargaron de organizarlo, en forma espontánea, sin ningún gobierno o político de por medio. La gota que derramó el vaso no fue únicamente la maldad del malo, sino la indiferencia del bueno. Se yerre no solamente con el pensamiento, palabra y obra, sino también por omisión.
Hay gobiernos que se solidarizan con el Ecuador por la incursión que le hiciera la armada colombiana en su territorio, para acabar con una célula terrorista. Pero hasta ahora no hay gobierno o político latinoamericano que se haya solidarizado con Colombia por los ataques que sigue viviendo por asesinos chantajistas de sangre fría como las FARC. Conmueve como fueron eliminados: los victimarios convertidos en víctimas, pues parece que dictaban cátedra. En el campamento del terror se encontró dos banderas, de las Juventud Revolucionaria del Ecuador (JRE) y un grupo de izquierda en formación N-15, donde estuvieron también mexicanos que anteriormente habian participado en el Congreso de la Coordinadora Bolivariana en la UNAM-México, evento al que concurrieron personajes vinculados con ETA, Walter Wendelin (Batasuna) e Ińaki Gil (Red Vasca Roja), quienes tenían previsto dar un ciclo de conferencias en la Universidad Central de Quito.
¿Que hay detrás de todo esto? Melosería por un lado e indiferencia por otro.
El efecto de relaciones rotas es difuso. En el Ecuador, desde el regreso a la democracia en 1979, en las guerras con el Perú de 1981 y 1995 no se expulsó embajadores ni se rompieron relaciones. Ahora con Colombia (mayor socio comercial en la CAN) sucede que si y se anuncia que se “llegará hasta últimas consecuencias”. Acontece que los camaradas (Chávez y Ortega) empiezan a emular en solidaridad al gobierno ecuatoriano. Nadie se solidariza, por lo menos, con las víctimas de las FARC.
El último encuentro en Caracas ha levantado hipótesis como un supuesto Plan de Chávez y Correa, o cáculo político que presume Evo Morales que tienen los republicanos norteamericanos. La figura de Uribe parece convertirse en la del llanero solitario. Políticos nacionales bajo la política internacional. ¿La OEA tiene acuerdos o estatutos claros para la lucha contra el terrorismo y que concepto tiene la organización acerca del mismo? ¿La Cumbre de Río traerá novedades? En lugar de pedir condena a Colombia, se debería pensar en condenar el terrorismo. La solidaridad espontánea del 4 de febrero pasado contra las FARC contrasta terriblemente con la solidaridad de los políticos en la actualidad.
Basura de retrogradas la revolución los va a aplastar, mentirosos explotadores, aniñados asesinos represores COMENTARIO Alex: este comentario refleja el odio q esta sembrando la revolución del socialismo del siglo 21.