La persona, luego de zurrar a su cónyuge y vástagos, se arrepiente, pide perdón y espera que lo recuerde como buena gente, pues lo hizo para enderezarlos, ya que solamente él sabe lo que es bueno y lo que es malo. Fílosofía adoptada también por los socialistas soviéticos. El poder y derecho del individuo cedido a un grupo para que decida, deshaga y haga por los demás. Lo hacen movidos por un ideal. Todos tenemos un ideal, asi como el Ché Guevara, Bin Laden o Bush. El fetiche de meterle al ser cosas a la fuerza parece seguir en vigencia en pleno siglo veintiuno. Hasta la semana pasada, seguian las controversias. Si la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) veía el caso Dayuma, renunciaba el presidente, la mayoría oficial se abstuvo; luego pidió que se trate los abusos a quienes llamó terroristas. Se negaba la influencia del régimen en la ANC, pero se pudo ver entrar comitivas de asambleistas a Carondelet más de una vez. La oposición lo llama injerencia, el oficialismo coordinación.
La columnista Thalía Flores y Flores hace un recuento de lo expresado en su artículo del jueves anterior, Los sastres de Montecristi, lo cual me recuerda el cuento de hadas del danés Hans Christian Andersen “El traje nuevo del emperador” publicado en 1837, conocida fábula donde el rey era complacido en todo y se paseaba creyendo que vestía lujosas ropas, donde sus súbditos atemorizados no se atrevían a desmentirlo, hasta que una criatura, abrumado por tanta sumisión y miedo comenzó a gritar “el rey está desnudo” y la burla se derrumbó. La moraleja de la fábula: sólo porque todo el mundo crea que algo es verdad, no significa que lo sea. Además: no existen las preguntas estúpidas.
El actual mandatario lo es, por que en la segunda vuelta presidencial perdió su contrario (un comentario se me viene a la memoria: te odio Noboa por hacerme votar por Correa). La consulta y posterior elecciones ganó por que la gente se cansó de lo mismo y quería cambio, el cual parece brillar por su ausencia. Un reconocido periodista, que le dio espacio, estuvo en boca del presidente. Éste a más de hacer un resúmen del actual gobierno, le contesta al mandatario todas las alusiones.
Las promesas siguen en el aire, las esperanzas en 130 personas, o mejor dicho, en 80 + 1. Caridad en lugar de empleo. Malas notas en crecimiento económico en la región asi como en el último lustro nacional. Se elude contestar el argumento con afrenta, niega perpetuarse en el poder y pide se lo recuerdo como buena gente. Leyes y mandatos en lugar de Carta Magna. El tiempo se acorta, talvez por eso esta semana se preparan articulados que se dice serán debatidos en el pleno. En las manos de los asambleístas (o de su mayoría y/o su líder) esta encomendado el futuro de la nación. Carlos de la Torre, en su artículo El gran motivador, en alusión al mandatario, menciona algo que podría quedar para la posteridad: “La ceguera del poder no le permite ver que, a diferencia de Dios, él no será eterno, que algún día caerá del trono y que, si la Constitución es de él, caerá junto a él.”