Al Gore miente: entre saludable preocupación y «desastre inminente» hay un abismo conceptual

Escuchemos al lúcido Paco Capella, director de Ética y Ciencia del Instituto Juan de Mariana de España entrevistado en La Linterna, el programa de César Vidal.  El Protocolo de Kyoto tiene beneficios pírricos, costos muy grandes sociales y económicos sobre todo para los países más pobres, y sobre todo responde a una amenaza (la amenaza es que el ser humano no va a poder adaptarse sin coerción estatal) que no tiene sustento científico si no sustento político de tipo intervencionista.

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Daniel Rodriguez Herrera, de LibertadDigital, hace una lista de científicos del más alto nivel que son escépticos u opositores directos a la supuesta relación actividad-humana/calentamiento global:

  1. Edgard Wegman,
    estadístico de renombre, dirigió un comité para llevar a cabo una
    investigación independiente sobre la polémica del "palo de hockey",
    dando la razón a los críticos. Asegura que buena parte de lo que se
    dice en el clima hay que ponerlo en duda por falta de habilidad con la
    estadística.
  2. Richard S. J. Tol,
    doctor en economía, puso el grito en el cielo ante el informe Stern.
    Piensa que hay beneficios en el aumento de las temperaturas y que el
    hombre podrá adaptarse. Lo de ser holandés quizá tenga algo que ver con
    esa conclusión.
  3. Christopher Landsea,
    experto en huracanes, quizá sea el más conocido de los citados por
    Solomon por su renuncia a formar parte de un IPCC politizado en el que
    gente que no ha investigado los huracanes da ruedas de prensa para
    asegurar que la mayor frecuencia y fuerza de los huracanes es debida al
    calentamiento, algo que no es verdad.
  4. Duncan Wingham es el climatólogo encargado de la misión europea CryoSat, que ha demostrado que la Antártida no se está derritiendo.
  5. Richard Lindzen
    es uno de los climatólogos más importantes del mundo, y quizá el
    crítico más antiguo y calificado. Colaborador del IPCC, orgulloso de la
    parte científica de la que era responsable, fue el primero en denunciar
    los tejemanejes políticos que arruinaban el trabajo científico.
    Denuncia que se ha visto apartado del reparto de los fondos
    gubernamentales dedicados al estudio del clima por ello.
  6. Henrik Svensmark
    lleva más de una década estudiando el Sol y su importancia en el clima,
    llegando a la conclusión de que son cambios en el campo magnético del
    mismo los responsables de la mayor parte de los cambios observados.
  7. Nigel Weiss,
    profesor emérito de astrofísica en Cambridge, cree que nos acercamos a
    una época de más frío debido a la actividad del Sol, ya que llevamos un
    periodo en que se ha habido una actividad solar infrecuentemente alta,
    y esos periodos suelen ser seguidos de otros de actividad baja, así que
    podemos esperar en un plazo relativamente breve que las temperaturas
    bajen.
  8. Henk Tennekes
    es el más distinguido crítico de los modelos climáticos, aunque se
    centre más en los empleados en la meteorología. Predijo que cualquiera
    que fuesen las mejoras en las observaciones y la capacidad de los
    ordenadores, las predicciones no podrían aumentarse más que un par de
    días. Parece que por ahora ha acertado. Por otro lado, afirma que no
    hay ninguna posibilidad de que alguna vez la ciencia del clima produzca
    resultados aceptados universalmente que puedan usar los políticos.
  9. Habibullo Abdussamatov
    (ya sé que el nombre es raro pero es que es uzbeko) ha observado que
    Marte está calentádose, sin que tal cosa pueda atribuirse al efecto
    invernadero o a la acción de los marcianos, pobres, lo que lleva a
    concluir que el Sol, causa común a ambos climas, probablemente sea el
    responsable.
  10. Nir Shariv,
    astrofísico, estaba en el consenso del dióxido de carbono como causa
    del calentamiento, pero ahora lo considera una "prueba circunstancial".
    Ha reconstruido la temperatura de la tierra durante los últimos 550
    millones de años para llegar a la conclusión que dos tercios de las
    variaciones se deben al Sol, además de evaluar el límite máximo en que
    el CO2 puede cambiar el clima, llegando a la conclusión de que el
    calentamiento del último siglo se debe básicamente al Sol.