La inversión, trabajo competitivo y desarrollo se logran con menos leyes, restricciones y obstáculos

La ciudad de Nueva York se está viendo superada por la ciudad de Londres, según el Centro de Economía e Investigación Empresarial londinense (Revista Vanguardia 067, pag. 32-3 o véase directamente aquí). Muchos newyorquinos se están moviendo para la ciudad londinense. Una importante colonia de ecuatorianos y colombianos residen al sur, en Elephant & Castle. Nueva York ha ido perdiendo su encanto con las restricciones que llegaron tras los ataques del 11/9/2001. Aún así Nueva York continua teniendo la mayor economía urbana del mundo, aunque su fortuna se basa en "empresas nacionales". Mientras tanto (aseguran expertos) Londres ahora ostenta la corona como destino principal de mercados financieros internacionales.

Veinte años atrás, Margaret Thatcher desregularizó la Bolsa de Valores de Londres, a través de una serie de reformas financieras que se implantáron en 1986. El mercado era, hasta ese entonces, un club para ricos y personas con conexiones. Después se convirtió en un centro barato, más transparente y atractivo para los "extranjeros y los inversionistas locales". También hubo un cambio filosófico en la visión thatcheriana de una sociedad sin clases sociales, en la cual los mejores y los más brillantes de cada raza y estrato tendrían las condiciones para el éxito. Tony Blair ha continuado la política de Thatcher, "aprobando leyes seductoras para los extranjeros".

Esto mantiene preocupado a varios empresarios newyorquinos. Al respecto un grupo de estadounidenses han emitido un informe reciente el cual lamentaban el incremento de normas reguladoras. Este comité recomendó una táctica distinta para combatir la corrupción corporativa que ha sacudido a Estados Unidos en los últimos años. (Percepción de corrupción: EE.UU. puesto 20↓, Ecuador puesto 138↓, Reino Unido puesto 11↑).

Los tres párrafos anteriores deja claro esta correlación, a más restricción se incrementa la proporción marginal a la corrupción. A mayor libertad económica, mayor desarrollo y bienestar. Está incluida la idea distorsionada de los subsidios proteccionistas que perjudican a los consumidores, que solo favorecen a productores sobre protegidos (que en muchísimos casos influeyen en campañas electorales). Estas políticas económicas se siguen aplicando en varios países, lamentablemte. Se piensa de forma equivocada que ésto proteje el empleo, pero no se piensa que los recursos salen de todos los contribuyentes para protejer a unos cuantos. Entonces, ¿porqué continuan las restricciones? La excelente organización del poder político de grupos especiales y la visibilidad natural del empleo en las empresas protegidas. Mientras los consumidores (que se ven marginados y relegados de consumir productos de mejor precio y calidad -podemos agregar a ésto la restricción a la mano de obra barata, que perjudica a los empresarios, pero favorece a los sindicatos) están pobremente organizados y sus beneficios del comercio internacional están más dispersa. (IEEP 2006, Economía del sentido común, pag. 71)

La "destrucción creativa" como denominó Joseph Schumpeter a la competencia dinámica, es el corazón del progreso económico. (IEEP, pag 48)

Siguiendo en la misma línea, el forzar la contratación colectiva, la legislación del salario mínimo y las regulaciones de despido, pareciera que son favorables a los intereses de los trabajadores. Los efectos secundarios dicen lo contrario, las regulaciones hace que sea muy costoso despedir trabajadores y hace que sea igualmente costoso contratarlos, los empleadores se resistirán a contratar trabajadores adicionales por los costos que deben incurrir. Ésto estanca el crecimiento del empleo (IEEP, pag 50-1). En el contexto del contrato de trabajadores, el Ecuador dentro de la flexibilidad de las regulaciones laborales tiene uno de los costos por despidos (salarios semanales) más altos (135,4) en comparación al universo de países estudiados. En Estados Unidos, por ejemplo su costo es cero.

Alguna vez se escribió en este blog, copiemos lo bueno, lo malo evitemoslo. Seamos concientes y coherentes en nuestras críticas. El libre comercio, el respeto a la propiedad privada, mercados competitivos, estabilidad monetaria y el respeto al imperio de la ley son las bases del progreso. Mientras existan y se respeten estas bases, se podrá "cosechar lo que se siembra" y se creará riqueza, todo lo contrario sucederá al alejarse de estos principios (IEEP, pag 121-2). El éxito es de que los pobres se hagan ricos, no de socializar la pobreza. En América Latina me da la impresión que la gente más se muere de envidia que de hambre. Trabajemos para que los mejores, osea los creativos (no sabidos) se desenvuelvan en libertad en los mercados (sin privilegios de ninguna clase) y que el consumidor sea el catalizador de la libre oferta y demanda.