“LA DEL ESTRIBO” por Rómulo López Sabando

El más grande foco de corrupción, contrabando, evasión, defraudación y generador de mafias, verdaderas “cosa nostra” que agobia a la República, han sido y son las aduanas. Gigantescos y monopólicos beneficios para pocos “empresaurios”. Y un filón de oro para centenas de seudo “políticos” (¿o ladrones?), que salen poderosos y billeteados. En las aduanas salta el pus, dijo hace 60 años Ángel Felicísimo Rojas, contralor del Estado.

Nunca ha superado entre el 6 y el 8% del ingreso fiscal. Encarecen la producción nacional pues torna onerosos a los repuestos, insumos, maquinarias y equipos para dinamizar la agricultura, la industria, de todo nivel. Impiden la creación de nuevos empleos y entorpecen la competitividad de las empresas.

Las aduanas son como el infierno. Empedradas de buenas intenciones. No cabe modernizar una lacra. Sacerdotes se han corrompido por “billetes”. Y hasta tienen corruptos “veedores” (ratas cuidando el queso) que se “modernizarán” con la visión de rayos X de superman para “veer” adentro de los contenedores.

“Apurada controversia” por “invertir” en un escáner, después de tres años de haberlo contratado. Están apresurados por firmarlo. El presidente del directorio de la CAE, Rafael Compte, defiende el “business” con pasión. Dice que “se trata de una inversión (¿?)”, el convenio de 2003 entre Ecuador y Alemania, pero deslegitimado por el propio gobierno alemán.

“Los mandatos de la Ley de Aduanas son de cumplimiento obligatorio”, amenaza Compte. “Los importadores y exportadores (o sea el pueblo consumidor) pagaran el costo. A la CAE no le cuesta un centavo, dijo. Se beneficia (¿?) de un porcentaje de la facturación y después de 10 años va a obtener en propiedad definitiva el equipo”, aseguró Compte.

El precio será: 75 dólares por contenedor lleno y 15 dólares porque retornan “vacíos” (¿?) a su lugar de origen. El costo por “mirar” un contenedor es de 90 dólares. Son millones los contenedores por el lapso de 10 años. Es un voluminoso contrato que no tiene respaldo jurídico para que rija como compromiso internacional. Y que evade la Ley de Contratación Pública y otras leyes nacionales.

Alberto Cárdenas, director de Rentas (SRI) y máximo de la CAE, (a quien le quedan poquísimos días en el cargo) justificó los rayos X, para “transparentar el desarrollo comercial pues cunde la anarquía, cunde el robo”, dijo. Por eso, quiere adelantar (¿?) el proceso. Pero, solemne y grandilocuente, se contradice afirmando que, bajo ningún concepto, autorizará la firma si las cosas no están absolutamente claras. “Yo soy un hombre delicado. Una concesión de manejo de rayos X que significaría 10 años no la haré si el nuevo gobierno no está de acuerdo”, enfatizó Cárdenas. Mientras, el presidente del directorio, Rafael Compte, está empecinado y presuroso en firmar.

Teodoro Maldonado se opone ya que encarecerá el servicio y repetirá inspecciones. Según Alberto Dassum aumentaron las dudas sobre la capacidad de Smiths Heimann, para controlar las aduanas. No explican en qué proceso público fue escogida y qué términos de referencia usaron para participar. El plan presume que sólo por Quito, Guayaquil y Manta, ingresa el contrabando sin considerar la frontera norte y Huaquillas, lo que evidencia desconocimiento del país. El proceso no es transparente.

Para la producción ecuatoriana es una factura de más de 500 millones de dólares. Pero la empresa alemana argumenta a favor de la CAE. Compte dice que “Hay un convenio con el gobierno alemán y el directorio me ordenó a mí que consulte a la Procuraduría, Contraloría y al Ministerio de Relaciones Exteriores. Si todo esto está bien, continuamos.  Será el gobierno alemán que determine a la empresa. Saber cómo lo hizo ya sería entrar en las leyes de ese país, defendió Compte.

¿Qué apuro hay para firmar un cuestionado contrato? Parecería ser la del estribo. La última copa que los ebrios y ahítos bebedores toman en una reunión antes de marcharse a sus casas.

Un comentario sobre "“LA DEL ESTRIBO” por Rómulo López Sabando"

  1. Que podemos pedir a un pais y un gobierno que no estan interesados en la honestidad ni en la verdad. Nos interesa mas como esta el Barcelona que la politica de nuestro pais. Los diarios estan llenos de denuncias de corrupcion, que hacemos, nada, alguien sale a las calles? alguien protesta? Pero si Barcelona le gano a Emelec por un penal, las discusiones duran meses sobre si hubo o no mano negra, que si el arbitor es primo de fulano o mengano. Si es necesario nos vamos a los punos para defender con lagrimas al equipo preferido. Que lastima que no se defienda asi a nuestro querido Ecuador.

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