Podcast desde Guatemala

La semana pasada me tocó estar en Guatemala para una reunión de la Mont Pelerin Society.  Aprovechando la confluencia de personas en la reunión decidí hacer junto con Pablo Kleinman (El iberoamericano), Pia Greene, Eneas Biglione (HACER) un podcast sobre temas latinoamericanos.  Para facilidad lo he puesto en 4 segmentos a continuación.

Podcast

Primera parte:

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Segunda parte:

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Tercera parte

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Cuarta Parte:

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2 comentarios sobre “Podcast desde Guatemala

  1. Uno de los mas grandes problema de Latino America, es que la izquierda es nefasta, pero la derecha envia candidatos con una falta total de liiderazgo, moral y generalmente con antecedentes quasi penales. Entonces la gran mayoria pobre elige al que les garantiza que hara sufrir a los ricos, que son vistos como la raiz de todos los males. En resumen la victoria de la izquierda, tiene raices en lospartidos de derecha que solo piensan en como repartirse el pais. Dejando de un lado todos los principios capitalistas, tratando de mantener el feudalismo en el que actualmente se vive

  2. Estimado Andres, recomiendo a todos quienes visitan este blog que lean el articulo del Dr. Hernan Perez Loose, «La derecha perdidad», publicado en El Universo el 14 de noviembre. Adjunto el link y el articulo completo, en caso que no puedan acceder. Saludos. http://www.eluniverso.com/2006/11/14/0001/21/AAA770039627473DB2BC616773D8D508.aspx
    LA DERECHA PERDIDA.- Generalmente los partidos políticos del centro a la derecha han exhibido ciertas características que los identifican y diferencian del espectro ideológico propio de las democracias modernas. Uno de esos rasgos, por ejemplo, ha sido su defensa del estado de Derecho. Los partidos de derecha históricamente han visto en el estado de Derecho un contrapeso a la visión revolucionaria de la izquierda que lo considera más bien un instrumento de la burguesía para consolidar su dominio. Ha sido típico de la derecha también la defensa de las libertades individuales, especialmente el derecho de propiedad y las garantías del debido proceso.
    Instituciones estas que son un freno a los peligros de las tiranías. La visión de la izquierda, en contraste, ha puesto más atención a la defensa de los llamados derechos sociales. Otra nota propia de la derecha ha sido su compromiso a favor de la denominada economía de libre mercado. Los individuos mejoran más, y más rápido en la medida en que el gobierno interviene menos en sus asuntos. Más empresas habrá, y por lo tanto más trabajo, cuando el mercado, no el Estado, es quien regula los precios de sus servicios y bienes. Hay, por supuesto, otras características que se nos escapan, pero, las anteriores forman parte importante de su núcleo.
    La paradoja ecuatoriana es que los partidos que dicen defender estos principios -sin llamarse formalmente derecha, pues, parecería que les da vergüenza hacerlo- han sido los adalides de su destrucción. En efecto, la derecha ha sido la maestra de los golpes de Estado desde 1995. A la Constitución y el estado de Derecho los han pisoteando con el mayor descaro y probablemente lo seguirán haciendo apenas tengan la oportunidad, que al parecer se la están ofreciendo nuevamente.
    En cuanto a las libertades individuales, basta decir que nunca en el Ecuador ellas han estado más en peligro que durante estos años. Nuestra derecha instauró una verdadera KGB judicial, una tiranía disfrazada, que avasalló los derechos de cientos de personas. Basta una llamada a uno de sus jueces y fiscales.
    Curiosamente los perseguidos han sido políticos y empresarios de inspiración conservadora, aunque ahora se ha develado que esta manipulación también ha servido para hacer fortunas.
    Pero probablemente donde más ha triunfado la derecha ecuatoriana ha sido en impedir que prospere y se consolide una economía de mercado libre y que el Estado juegue seriamente un papel de regulador. Las poquísimas reformas estructurales introducidas a nuestro sistema económico han sido no gracias a la derecha sino pese a ella. Si el Estado sigue aún controlando ineficientemente vastos sectores de la economía (electricidad, telecomunicaciones, transporte, seguridad social, etcétera.) ha sido gracias a la derecha. Ella simplemente privatizó esas áreas no mediante licitaciones para seleccionar operadores internacionales sino apropiándose de las mismas a base del chantaje legislativo y terror judicial.
    La irrupción de una derecha fiel a sus principios liberales es tan necesaria para la democracia ecuatoriana como contar con una izquierda moderna.
    Lamentablemente sus posibilidades de advenimiento son aún mínimas.

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