‘Geoengineering’, un concepto interesante

Desde su aparición en la Tierra, la humanidad ha procurado su bienestar dominando la naturaleza.  Si en comienzo fue cazar bestias, prenderle fuego a unas ramas secas y recoger agua de lluvia en un cuenco; después fue criar hatos ganaderos, construir calderas y plantas hidroeléctricas.

Ahora puede ser el turno de la 'geoingeniería'.

Este neologismo está empezando a aparecer con frecuencia en los medios de habla inglesa ('Geoengineering'), y presumo que también sus equivalentes en otras lenguas.  Se trata de una serie de propuestas destinadas a contrarrestar los efectos del cambio climático mediante la intervención directa y deliberada en el ambiente, en lugar de atacar las causas (reales o supuestas).

Algunas de las iniciativas, que cuentan con el aval de reconocidos científicos, son:

"Ahumar" la atmósfera de manera que una mayor proporción de los rayos solares sean reflejados de vuelta al espacio, reduciendo las temperatura en la Tierra; absorber el exceso de CO2 mediante plantas o procesos químicos; asegurar en su sitio los glaciares de los casquetes polares para que no caigan a los mares y aumenten el nivel de éstos.  (Fuente: The Economist)

Según sus promotores, estas alternativas serían mucho más económicas, rápidas y fáciles de implementar que los bonos de carbón o el dudoso Protocolo de Kioto.

Claro que al pretender modificar el entorno climático a tan gran escala, estamos entrando en un lugar no explorado antes por la ciencia, cuyas consecuencias podrían ser peores que los males que queríamos combatir en un comienzo.  

Es un riesgo que, sin duda, deberemos de asumir responsablemente, sin atavismos ni falsa moral.

El vínculo que aparece arriba los llevará a la página web de The Economist, que explica con detalle los mecanismos mencionados.  Vale la pena leerlo.