Hoy (realmente desde hace 2 año) el presidente continua amenzando a los canales de TV y a los diarios, por decir la verdad. Un diario nos informa que el ÑAÑO mayor del presidente tiene 100 millones de dolares en contratos (no 1, o 2 o10 millones), cantidad enorme, el presidente acusa al diario de golpista o de agitador. Ahora nos informan que hay problemas en la CFN o que hubo sobronos en la asamblea (secretos a voces) y resulta que el que informa lo acusan y quieren meterlo preso y al Canal lo cierra.
Aca en la Honduras (que Correa llama golpista) hay varios canales y emisoras muy allegadas al ex presidente Zelaya. Claro el presidente les daba al año 2 millones de dolares en dinero para propaganda. Pero esos canales siguen transmitiendo, sale todos los dias, le dicen golpista al presidente, le dicen cobarde, le dicen pillo, etc,etc, etc. El nuevo presidente de Honduras, de quien el Sr. Correa deberia tomar ejemplo, no amenaza, no les envia a la policia, el sigue tranquilo, trabajando y sin de aqui para alla, esta donde debe estar en su despacho atendiendo a sus ministros.
Que si Michelletti es mas santo o menos santo que SAn Correa no lo se, ni me interesa, eso es para las cortes y Dios. Lo importante es que yo como ciudadano ecuatoriano quiero que mi presidente trabaje por mi pais no por su Alianza Pais. Deje de insultar a los periodistas que en le peor de los casos le han informado de cosas que el dice " no tenia idea", Peca por pillo o por ignorante.
Hacer un comentario sobre lo expuesto no vale la pena. Estoy asombrado de que pueda haber mentes tan obtusas. La situación en Ecuador no puede compararse jamás con lo que pasa en Honduras. Por si usted no lo sabia en Honduras hubo un vulgar golpe de estado amparado por el «Imperio» y aspiran hacer unas elecciones irritas que no van a resolver nada, mientras que en Ecuador existe estado de derecho, el Señor Correa es el Presidente Constitucional de Ecuador reelecto hace unos pocos meses y que necesita el mayor apoyo no solo de los que votaron por él que son la mayoría, sino de todo el pueblo ecuatoriano. No se debe hacer oposición por hacer oposición. En Venezuela se usaba darle al presidente 100 días de gracia para que este señalara el camino de su gobierno. Era una buena estrategia de la oposición para no hacer oposición por oposición. El oposicionismo no lleva a ninguna parte. Sin embargo el o los partidos que ejercen la oposición deben ser tan cuidadosos como el propio gobierno de andar haciendo planteamientos absurdos y periclitados. El objetivo de cualquier gobernante debe ser hacer un gobierno consensual e incluyente porque el presidente es el Presidente de toda la Nación y debe procurar el mayor grado de felicidad para todo el pueblo. La oposición es muy importante porque más tarde o más temprano llegarán ser gobierno. No olvidemos que los extremos se unen cuando gobierna la verdad. Sobre la manida libertad de prensa se ha dicho mucho. Este es un tema que debe dársele su propia especificidad al igual que el tema de la educación y el poder electoral donde deben implementarse políticas consensuales que beneficien al colectivo es lo que realmente importa. Hondura debe preocuparnos a todos para que reine allí el estado de derecho y pueda desarrollarse una vigorosa democracia incluyente. Lo que están haciendo los políticos en ese país puede costar sangre, sudor y lágrimas, el imperio debe sacar sus garras de centro América así como, gracias a Dios, la esta sacando del Ecuador gracias a ese pueblo que no desea sombras sobre su soberanía. En conclusión es recomendable emitir juicios más nutritivos para el país de los cuales saquemos provecho. Hacer oposición, tan solo por hacer oposición hacer más daño que bien, solo sirve para sembrar odio, que se vierte sobre quien opina. Saludos a los Ecuatorianos les deseo la mejor de las suertes y cuiden mucho su sistema democrático para que no pase lo que tristemente esta pasando en países como Colombia en donde se esta cuartando el derecho a elegir libremente a sus mandatario, se esta mancillando su soberanía y lo que se anuncia más violencia; existe poca voluntad de cambio hacia caminos de la paz y esto también toca a Ecuador país vecino y de donde se esta levantando el brazo armado del «Imperio» para irse a posesionar la soberanía del hermano país. La causa de la causa no debe ser la causa del mal causado. Ecuador no esta excepto de la violencia que generará el establecimiento de bases militares en Colombia para sembrar la violencia en los cuatro vientos.
COMENTARIO ABA:
Estimado Sr Lopez, parece que usted vive en la Luna o cree todo lo que Chavez dice, yo estoy viviendo en Honduras, no apoyo lo que paso en la forma. Pero sepa usted que aqui (aunque se decia que solo era una consulta inocente) ya estaban los famosos abogados españoles que hicieron la constitucion del Ecuador (tenian trabajando ya 6 semanas) con el apoyo y asesoramiento de Paco Velasco, asambleista del Partido del Sr Correa. En el pais habia 2,000 Nicaraguenses de las fuerzas de Ortega. Lo que el Sr. Zelaya queria dar era un golpe de estado Light como acostumbro Correa, sacar al congreso (que no niego era corrupto) y a la corte suprema(que luego de un proceso largo se habia logrado reestructurar con jueces honestos).
Si no sabe lo que ocurro en Honduras y solo cree en CNN y a TELESUR esta en grandes problemas.
El imperio de los EEUU solo ha apoyado a Zelaya, quitandole las visas a funcionarios del nuevo gobiernos. Mientras Zelaya gasto 20 millones de dolares del estado en poblicidad, honorario de abogados, comprar sindicalistas para su encuesta, en los hospitales la gente moria por falta de medicinas, este gobierno golpista o no, ha puesto medicinas en los hopitales y ha puesto a medicos militares a ayudar en los hospitales po la crisis de la salud, al fin pasaron el presupuesto y estan destapando los pequeños negociados. No se si Michelletti sera inocente, pero lo que hizo ZElaya en esta pais tan pobre no tiene nombre. Mejor dicho si tiene nombre: Socialismo del Siglo XXI.
Enttrevista con Paco Velasco
Description
Paco Velasco es periodista graduado en la Universidad Central del Ecuador, tiene una experiencia de 30 años en radio y ha sido ganador dos veces del Premio Símbolos de Libertad (1994 y 2003). Desde 1988 dirige el noticiero La Clave y es, desde 1995, director de Radio La Luna.
Fullinterview
Periodismo desde la mirada de la víctima
Cuando a los estudiantes de periodismo o a los jóvenes reporteros que se inician en los medios de comunicación les inculcan la práctica de la objetividad, los profesores o los editores, según sea el caso, generalmente les hablan de este concepto como sinónimo de neutralidad. Ahí comienza uno de los grandes equívocos de la práctica periodística en buena parte de los medios de comunicación, que consiste en creer que su función se limita a ofrecer el micrófono o la grabadora tanto al vencido como al vencedor, al denunciante como al denunciado, al gobernante como al gobernado, y punto. Con ese simplón ejercicio de reparto de espacios esos medios de comunicación creen estar cumpliendo su misión en el mundo.
A eso llaman equivocadamente objetividad y se dedican a venderle al público la ilusión, el efecto, la apariencia de ser neutrales, por lo tanto, objetivos. Lo dicho se evidencia cuando a la huella profunda de un abuso de poder le contraponen la versión oficial de la autoridad que desmiente cínicamente el abuso; cuando al doloroso testimonio del agredido le contraponen la oportunista coartada del agresor. La trampa de la neutralidad consiste en otorgarle igual autoridad moral a la víctima y al victimario. Bajo ese concepto se elimina la sospecha en la práctica periodística, y los reporteros se convierten en notarios desapasionados de los hechos en lugar de atentos escrutadores de la realidad.
Pero la objetividad no es sinónimo de neutralidad sino de ética. La objetividad no riñe con la toma de posiciones, ni con el ángulo de visión desde el cual se ejerce el periodismo, ni con los recursos narrativos, auditivos o visuales con los que un medio de comunicación da cuenta de los acontecimientos. La objetividad consiste precisamente en hacer transparente esa posición, en aclarar desde qué lugar ideológico, político o social se emite el mensaje y cuál es el punto de vista del que lo hace, en asumir ese lugar de enunciación y, desde ahí, hacerse responsable de las afirmaciones y garantizar la veracidad de los hechos sobre los que se informa. Es decir, una ética de la transparencia. Esa dimensión de la objetividad no requiere rodearse de efectos ni apariencias, sino de procedimientos que garanticen su idoneidad y su fiabilidad. En otras palabras, no inventarse lo que no ocurre, pero tampoco callar la propia voz ante lo que ocurre.
Esta reflexión inicial, muy corta para ser un ensayo y muy larga para una introducción, se justifica por el deseo de poner en contexto y presentar una entrevista con Paco Velasco, director de Radio La Luna y del noticiero La Clave, probablemente el único espacio informativo en el Ecuador que rompe con la ilusión de neutralidad y emite sus mensajes desde una posición claramente identificada con el contrapoder, con los movimientos sociales, con la causa ambiental, con la bandera de la anticorrupción. La Clave se escucha en Quito de lunes a viernes, de 06h00 a 09h30 y de 12h00 a 13h00 en los 99.3 FM. A Velasco se lo ha calificado de alarmista, amargado, desencantado, pesimista, etc., por esta forma de hacer periodismo que privilegia la mirada de la víctima antes que la del victimario. Mejor dejemos que él nos cuente sus razones:
Gustavo Abad: ¿Cuál es el sentido de objetividad que manejas en tu noticiero?
Paco Velasco: Yo pienso que la objetividad tiene dos significados: el uno tiene que ver con el profesionalismo, con el apego a los hechos, y con algunas otras categorías que la prensa maneja para mantener su credibilidad. Por ejemplo, si en una sesión parlamentaria se producen ciertos hechos, hay que contarlos de manera lo más apegada a cómo ocurrieron. Yo defiendo esa dimensión de la objetividad. Pero hay otra, según la cual se pretende que los hechos sean contados desde una mirada absolutamente neutral, y es en ello donde yo encuentro algunos problemas.
GA: ¿Por ejemplo…?
PV: Pensemos en la perspectiva del narrador literario, en la que su punto de vista es fundamental. Cuando el narrador literario ha visto una violación, él va a contar esa violación desde alguna perspectiva, lo quiera o no, va a asumir una perspectiva, que puede ser la de la persona violada, o la del violador, o la suya propia como narrador. Todas son legítimas y sirven para construir un sentido. Entonces, yo pienso que el narrador periodístico también puede asumir deliberada y concientemente una perspectiva, y utilizar para ello todas las herramientas narrativas para contar los hechos, en este caso, desde la perspectiva de la persona violada. Por más que el narrador periodístico intente guardar una supuesta neutralidad, siempre va a estar compelido por la fuerza moral de la víctima, lo cual no significa romper la objetividad, sino asumir deliberadamente la subjetividad que está ahí presente, la subjetividad de la víctima.
GA: ¿En otras palabras, hacerse cargo de una mirada?
PV: Yo diría hacerse cargo de un punto de vista narrativo. Te pongo un ejemplo más cercano: el asalto a la farmacia Fybeca en Guayaquil (El 19 de noviembre de 2003, un operativo policial, organizado para impedir un asalto a una farmacia de la cadena Fybeca, dejó ocho muertos y tres desaparecidos, entre los muertos constan seis personas que aparentemente estaban involucradas en el asalto, pero también un cliente sin relación alguna con el atraco y un mensajero del establecimiento. La Policía niega su responsabilidad). En ese caso, una mirada neutral, supuestamente objetiva, apenas alcanza a conmoverse por la muerte de los inocentes, como aquel padre de familia que fue a comprar pañales para su hija y resultó abaleado, pero no se conmueve por todos los muertos, incluso por los presuntos delincuentes que perdieron la vida en ese operativo policial. La mirada neutral no lo dice, pero casi termina admitiendo que los supuestos delincuentes están bien muertos por ser delincuentes. Una mirada más completa sería narrar los hechos desde la perspectiva de todos los que murieron allí, delincuentes o no, porque todos fueron ejecutados, ajusticiados.
GA: Sin embargo, los medios de comunicación sintonizan una matriz cultural que les exige ser neutrales, es decir, aparentemente objetivos ¿quién falla, el medio o la demanda del público?
PV: Depende de cuál sea el sentido de objetividad que se plantea. Yo creo que debe haber una apuesta periodística en la que deliberadamente asumamos un punto de vista, porque no creo en miradas neutrales, ni aún en las ciencias físicas, pues ni la observación de los fenómenos naturales pueden quedar al margen de la mirada del investigador. O miras a la partícula en su desplazamiento o la miras en su carga eléctrica. Si sólo miras su trayectoria, puedes decir que eres neutral y no intervienes, pero si mides su carga eléctrica significa que la interfieres para estudiarla, por lo tanto ya intervienes en su proceso. Lo mismo ocurre con los hechos sociales, o los miras ocurrir simplemente o intervienes en ellos cuando los narras deliberadamente desde una perspectiva no neutral.
GA: En los medios de comunicación sí se puede narrar desde la mirada de la víctima, pero a cambio de una serie de artificios y negociaciones, de ceder unas cosas a cambio de otras ¿hasta dónde se puede negociar una voz pública como es la del periodista?
PV: Yo creo que el mantenimiento de una voz pública necesariamente requiere una serie de negociaciones, por lo tanto, yo no podría transformar al periodismo sólo en una tribuna de agitación. Trato de evitar esa posibilidad, porque el mensaje periodístico es un espacio de negociación pública. El mantenimiento de esa voz en una sociedad de clases, demanda negociaciones. Tú los llamas efectos de objetividad para legitimar esa voz frente a la sociedad, y es cierto, porque en última instancia se trata de eso, de hacer que esa voz salga y sea creíble.
GA: ¿Cuál crees que es la tendencia en los medios de comunicación ecuatorianos?
PV: Tengo una buena impresión del conjunto de los medios y de los periodistas ecuatorianos, porque tienen que negociar con los poderes que están en todas partes, a fin de mantener la voz pública, que me parece uno de los actos más sagrados del periodista. Lo que sí te diría es que es imprescindible estar mirando a eso que llamamos opinión pública, a la gente, a las fuerzas sociales, a sus expresiones. La prensa en este país todavía no está coptada por los grandes poderes económicos, como sí ocurre en países como Perú o Colombia, para hablar de los casos más cercanos. Obviamente, en el Ecuador existen medios vinculados a los banqueros corruptos, pero no son la mayoría. Ya quisiera el gran poder tener una prensa más sumisa. Es decir, en el Ecuador la prensa todavía le puede disputar al poder una mirada sobre lo que pasa.
GA: En ese estado de cosas mucho tiene que ver las prácticas individuales de cada periodista…
PV: Claro, por ejemplo, frente a este pacto del gobierno de Lucio Gutiérrez con los grandes poderes, los periodistas podían haber mantenido una calma chicha, un espacio democratón, denso, pero no lo han hecho, y más bien han reaccionado y han creado un ánimo, una atmósfera de rechazo a eso.
GA: En tu noticiero expresas una voz desencantada, sufrida, irónica, que evidentemente sintoniza con una matriz cultural, pero no con el poder ¿Eso es así o es sólo un efecto?
PV: Hay algunas maneras de construir una ética del no, una ética de la resistencia para decir no al gran poder, no al envilecimiento colectivo. Hay algunos caminos, entre ellos un alejamiento, un escepticismo, un desencantamiento literariamente preciosos. Un amargamiento, como dices tú. Yo me conozco y me gustaría ser más amargado todavía. Por una serie de energías íntimas me gusta esta ética del no.
GA: Te lo decía porque ahora existen una serie de llamados a ver las cosas buenas de la vida, que eliminan la posibilidad del pesimismo como condición del ejercicio crítico…
PV: Sí, pero todo depende de la cultura. Yo creo que en Quito especialmente existe una atmósfera de comemierda eterno, donde es posible ejercer esa ética del no. Esa es una de las maravillas de esta ciudad, donde la gente reacciona ante el poder, y si el poder le da una bofetada, probablemente ese rato se agacha por estrategia, pero un poco más allá, se da la vuelta y le grita ¡hijo de puta!…
Source
Entrevista realizada por Por Gustavo Abad, periodista graduado en la Universidad Central del Ecuador, magíster en Estudios de la Cultura por la Universidad Andina Simón Bolívar, reportero e investigador de temas sociales y culturales. Enviada a La Iniciativa de Comunicación en comunicación del 2 de febrero de 2004.
Saludos. Cuan importante es saber escuchar y respetar, aunque sea esto último el producto de contar hasta diez. Saltan dos preguntas apenas se lee el primer comentario o artículo del señor López: ¿Dónde vive usted?, ¿De dónde es usted?…claro, con todo respeto, parece ser un habitante de cualquier lugar, menos de este país; ahora le pregunto otra cosa: ¿En qué trabaja usted?. ¿Si un ladrón entra en su casa, usted le ayudaría a sacar el botín hasta la calle?. No pretenda que la gente le dé su apoyo al señor presidente, mal remedo de dictador, o ¿acaso le parece bueno darle «el apoyo» a un hombre maduro que actúa como un chico callejero maleducado apenas percibe desacuerdos con su manera de pensar?, hay quien lo sigue, claro, hay quien le aplaude, claro, pero recuerdo a Einstein y su famosa frase «Hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana», eso me aclara el panorama y entiendo muchas cosas. Si lee esto espero no se moleste, y espero que no se moleste no solo por que se nota que usted es muy culto, ya que ignorantes o no, la gente merece respeto, solo piense que si yo fuera Correa y usted me hubiera escrito algo que me enerve (tomando en cuenta que no se necesita mucho para enervar al presidente), ya le hubiera llenado de los más denigrantes epítetos y de la manera más sarcástica. Las personas que el ofende, tienen padre, madre, hijos e hijas, hermanos, hermanas, etc., etc. Piense un minuto cómo se sentiran todos ellos, piense en la mirada de un niño menor de dos años, hijo de un profesor que será despedido con evaluaciones injustas (investíguelo)¿Podría pedir apoyo para el presidente un minuto después? Solo piénselo.