Chávez, la política y la plata (publicado en El comercio 20 Enero 2009)

Por Enfoque Internacional

Las paradojas de la realidad del poder: mientras prosigue a toda máquina en su intento de buscar la reelección indefinida, el presidente Hugo Chávez parece estar de vuelta a la ‘realpolitik’ o, al menos, a la ‘realeconomik’.

El jueves, cuando la Asamblea Legislativa aprobaba someter a referendo, que tendrá lugar el próximo 15 de febrero, una confusa pregunta para enmendar la Constitución con el objetivo de que todos los funcionarios de elección popular (incluido Chávez, por supuesto) puedan reelegirse indefinidamente, el diario The New York Times publicaba un artículo en el que contaba que Venezuela está de nuevo cortejando a las grandes petroleras  para que inviertan en el desarrollo de nuevos campos en la franja del Orinoco.

Las dos noticias están más conectadas de lo que parece. Para nadie es un secreto que, además del entusiasmo que su populismo antioligárquico y antiimperialista despierta en amplias capas de venezolanos que solo conocieron el monopolio de adecos y copeyanos, el poder del Régimen bolivariano reposa en una sola palabra: petróleo. Lo malo es que esa palabra, que hasta hace pocos meses significaba  USD 140  por barril, cerró la semana pasada a poco más de USD 34, lejos de la proyección de 60 en el que el Gobierno  basó su presupuesto para el 2009.

Pdvsa, la compañía estatal petrolera de Venezuela, es la vaca lechera de toda clase de programas del chavecismo que benefician -y mantienen- a su base social. Proyectos educativos, de salud y de asistencia se pagan con los cofres de la jugosa factura petrolera que ha cobrado Chávez desde su llegada al poder en 1998.

Lo malo es que Pdvsa es una empresa vieja, el desarrollo de nuevos campos está paralizado y la producción ha caído desde unos 3,4 millones de barriles diarios -cuando Chávez empezó- a unos 2,3 millones, hoy. En el Orinoco se halla una de las reservas más importantes del mundo en crudo. Pero sacarlo de ahí y refinarlo demanda miles de millones de dólares y sofisticadas tecnologías.

Así comienza Venezuela un 2009 que pinta muy complicado en los frentes político y económico. A esto se le añaden graves amenazas a la libertad de prensa: la semana pasada, dos periodistas, uno chavecista y otro de oposición, fueron atacados por sicarios.  Por lo visto, la necesidad política manda sobre las demás consideraciones. La ecuación es algo simplista, pero válida. Para seguir en el poder, Chávez necesita cambiar la Constitución y reelegirse.

Para mantener convencido al pueblo de que él es el indicado, necesita mucho dinero. Con la factura petrolera contrayéndose, solo le resta  elevar la producción. Y, como Pdvsa  no puede, el hombre de los discursos contra el imperialismo, resuelve recurrir a las únicas que pueden ayudar: las petroleras imperialistas.

El Tiempo, Bogotá, GDA