INFLACION

Para los que recordamos la catástrofe de 1995 y la caída del sistema financiero entre 1998 y 1999, muchos tenemos muy presentes los ratos de angustia al recibir nuestro sueldo un viernes y que para el lunes, gracias a la especulación y desgobierno, este sueldo valiera entre un 10 a un 30% menos.   La inflación causada por el mal manejo de la moneda por parte del gobierno, la falta de medidas que ayudaran a la producción y la protección de un sistema bancario corrupto, causaron una mega inflación que dejó a más del 80% de los ecuatorianos más pobres que en 1995.  Gracias a esta espiral inflacionaria el gobierno sustentaba planes populistas para gobernar, se imprimían más billetes y continuaba la inflación.  Un agravante de esta situación fueron las disparadas tasas de interés (algunas sobre el 70%) que hicieron que muchos productores de comida dejaran de producir, incrementando aún más la espiral de precios. 

Hoy Argentina vive un gran crecimiento económico, mucho de él debido a la gran habilidad de su gente, un pueblo trabajador y grandes recursos humanos y naturales.  La otra cara de este crecimiento es el crecimiento del estado y la gran cantidad de obra pública.  Hoy, la inflación en Argentina se espera que sea para el próximo año del 20%.  Eso quiere decir que aquel que no obtenga un interés superior por sus ahorros, verá en unos 4 años reducidos los ahorros de toda su vida a nada.  Aquel negocio que no genera utilidades sobre los 30 ó 40% tendrá que cerrar en menos de 3 años.  Así podemos listar un sinfín de consecuencias de esta inflación, aplaudida por nuestros gobernantes como un ejemplo de independencia monetaria.  Argentina, lamentablemente, esta destinada a repetir sus crisis de la década anterior, desenfreno en la inflación, refugio en moneda internacional, o convertibilidad, mal manejo del estado que lleva al fracaso de la convertibilidad y se inicia el círculo de destrucción otra vez.

Lo mismo pasa en Ecuador en lugar de buscar solucionar los problemas fundamentales que atrasan el crecimiento (i.e. estado obeso, corrupción, falta de competitividad de la banca, falta de incentivos reales a la producción, protección de la propiedad privada, etc.) nuestro gobernante quiere tomar la salida fácil; salirse de la dolarización, que no es culpable de la corrupción y del estado obeso y demás, e imprimir billetes para fomentar un estado como Venezuela, lleno de obritas parche y una inflación que se está llevando a la clase media al trasto.  Preferimos acaso un par de edificios mal hechos, carreteras hechas mal por el ejército, y demás obras populistas que al final no traen nada bueno o queremos estabilidad para poder trabajar y ahorrar para el futuro.