¿Y los que se exiliaron de Pinochet hacia La Habana, qué?

"A fines de la década de 1970, abundaban en La Habana los militantes
chilenos descorazonados con el castrismo. Era curioso ver los efectos
de la libreta de abastecimientos sobre la moral internacionalista. El
viaje matinal en una ruta 62 de Alamar a Centro Habana, así como el
siempre descabellado menú de los comedores obreros, solía sumir a los
camaradas del Cono Sur en una profunda crisis de valores. Ante la
renuencia de las embajadas occidentales para concederles visa, algunos
perdían las mismas ganas de vivir. Imposibilitados de continuar la
revolución mundial en París o Estocolmo, protagonizaron una escandalosa
ola de suicidios. En varios hoteles habaneros fue necesario adosar
profilácticas mallas de metal a ventanas, balcones y pasillos que daban
a los patios interiores. Al llegar a la esquina de G y Calzada, en el
Vedado, los caminantes acostumbraban a detenerse a ver si algún chileno
saltaba hoy del Hotel Presidente."

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